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jueves, 28 de enero de 2010

aquel 9 de enero de 2009

Ahora que se acercan las paredes de la soledad elegida, y desgarro poco a poco el filo que yo misma empuño hacia mi cuello desnudo, ahora que las luces no sé si se encienden o se apagan o permanecen en una dulce intermintencia, ahora que no sé si vienes o voy, o me alejo simplemente para dejar paso a un mañana con otro hombre, ahora que no sé si las madrugadas son para llorar o para desperezarse, siento que el abismo que parecía insondable no lo es tanto, y que soy capaz de enfrentar al fatasma de tu boca y tus palabras y enraizar la verdad entre tanto principio y tantas cuentas que me salen collares.Y ya no se trata de la soledad que aguardo impaciente en mi ventana, se trata de que te marches para no volver, y yo sentada en mi escalera de papel te miraría inmovil para verte marchar sin pena ni gloria sólo para certificar que te has marchado y simplemente ver el rastro que dejan tus pies en el suelo y que el dulce viento de verano se llevará poco a poco hasta que no queden marcas que sentir.Puede que todos los besos se hagan cicatrices, yo me llenaría a veces el cuerpo de cortes si me asegurasen que así te irías...que te vayas es lo único que no consigo, que te vayas...Pero no, no podía ser tan fácil, tenía que ser así de agónico así de triste así de difícil, y sólo quiero que te vayas, que te vayas y no vuelvas, que me dejes conocer a otra persona que me pueda hacer feliz, que te vayas y no vuelvas que me dejes ser yo, que te vayas y no vuelvas que quiero ser yo, que te vayas y no vuelvas, que voy a ser una desagradecida, pero que te vayas y no vuelvas, que prefiero odiarme toda la vida, que no tener valor para dejarte marchar.

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