Desbocado corazón,
en los susurros que perdiste.
Y de tu mano alcanzamos,
los misterios más profundos.
Un piedra en el camino
me acompaña en mi destino
donde tus silencios,
son la voz que yo echo en falta.
No hay un mar,
donde verterse,
ni un lugar
donde quedarse.
A tus manos,
sólo llega la tierra que te cubre,
a mis ojos,
solo llegan lágrimas a derramarse.
En un momento fuimos
para después
dejar de serlo.